Durante los últimos años se está llevando a cabo un progreso en las escuelas infantiles. Nos centramos más en cómo se realiza la actividad, que en la actividad misma. Aumentando la calidad del ambiente educativo y entendiendo al niño como un sujeto en evolución continua desde el mismo momento del nacimiento e incluso antes.
Nos preocupa ofrecer al niño un contexto que le permita desarrollar plenamente su sistema sensorial. Para eso podemos utilizar las oportunidades que nos surgen de manera espontánea. Durante muchos años hemos ido introduciendo en las aulas nuevas maneras de trabajar, nuevos materiales y nuevas propuestas muy creativas. Es decir, nos hemos “roto” la cabeza pensando un sinfín de actividades “bonitas” y hemos olvidado que en ocasiones lo más sencillo y aquello que tenemos más a mano, puede resultar muy atractivo, pues a nuestros niños y niñas les gusta y disfrutan manipulando objetos usuales que cualquiera puede tener a su alcance.
La manipulación y la experimentación nos lleva a crear experiencias, pues a estas edades no hay experimentación sin manipulación. Las experiencias es el conocimiento que se adquiere de una cosa. Pero no solo se da en esta etapa, a lo largo de su crecimiento y desarrollo cognitivo utilizará estos procedimientos, aunque en diferentes grados.
Entre las distintas necesidades que tiene la primera infancia, está también la de explorar el entorno. Mediante esta acción los más pequeños miran, tocan, prueban, ponen, sacan, dejan caer, ríen, golpean, imitan, lloran… en definitiva, un sinfín de acciones que les ayudan a descubrir.
A través de su curiosidad, conocen nuestro mundo.
Las capacidades de mirar, tocar y comprobar son las herramientas ideales para adquirir procesos mentales fundamentales y está en nuestra mano hacerle despertar la inquietud de descubrir y por lo tanto ayudarle a aprender.
Todo esto lo aplicamos en las escuelas infantiles mediante el juego. Sabemos ya por nuestra experiencia que es la mejor forma que tienen nuestros niños y niñas de aprender, pues jugar no es algo inconsciente.
Cuando un niño juega, está concentrado y todo cuerpo está implicado ya que disfrutan jugando y llega a su cuerpo multitud de sensaciones, por lo tanto, nos lleva al aprendizaje significativo.
Además, no se puede jugar de cualquier forma, hemos de organizar los tiempos y el espacio. No podemos hacer las cosas con prisas. Es mejor un ambiente relajado y tranquilo ya que de este modo se concentran y disfrutan más del momento que les ofrecemos obteniendo mejores resultados.
Los materiales que les ofrecemos han de despertar la curiosidad y llamar la atención para que los niños y niñas se sientan atraídos.
Hay que tener en cuenta que son los cinco sentidos las herramientas perfectas con las que descubrir y conocer el mundo que nos rodea. La vista, el olfato, el tacto, el oído y el gusto se van desarrollando ya durante las distintas etapas de la gestación y desde el momento del nacimiento empezamos a hacer uso de ellos para adaptarnos y conocer nuestro entorno por medio de las sensaciones que nos llegan de este.
Por esto la importancia de la manipulación de los objetos por medio del tacto y el gusto, la boca como principal receptor en las edades más tempranas. Los bebés se lo llevan todo a la boca y con este acto están recibiendo mucha información, por eso hay que dejarles hacer, siempre bajo supervisión y elementos que no sean nocivos para la salud. La vista, con objetos que despierten su atención. El oído, dejando que golpeen objetos, balbuceando, escuchando pequeñas audiciones musicales, hablándole o invitándoles a escuchar los ruidos cotidianos como el de la lluvia, un grifo abierto, un avión que pasa, etc. Y el olfato, quizá este es al más complejo de todos a la hora de saber si realmente está percibiendo el olor de las cosas cuando se las ofrecemos. Otro factor que dificulta nuestro trabajo entorno a este sentido es que pasan la mayor parte del tiempo constipados en invierno.
Todas estas experiencias permiten que los niños y las niñas vayan adquiriendo información además de estimular sus sentidos y disfrutar del placer de jugar tanto con otros niños como con adultos.
En definitiva, hemos de dejar que manipulen constantemente diversos materiales ya que a la vez que manipulan investigan, y si se lo permitimos lo hacen con todo el cuerpo. También es importante que lo hagan con alimentos. Algunos padres y madres comentan que su hijo/a “juega” con la comida, pues en verdad lo que están haciendo es manipulación, están descubriendo las cualidades del producto que tiene delante. Muchas veces si les dejamos que lo hagan una vez ya no lo vuelven a hacer, pues ya han conocido acerca de ese objeto. Y no hemos de olvidar que:
A través del conocimiento de los objetos podemos saber de su existencia.
Daniel Rojas Ivars.
Educador Infantil en C.E.I. Colorets Dénia.