Mi marido y yo teníamos claro que queríamos que nuestra hija fuera a una escuela infantil ya que yo tenía que re-incorporarme a mi trabajo y los abuelitos también tenían que trabajar, por lo que llevar a mi hija a una escuela infantil nos parecía la mejor opción, ya que así también podría relacionarse con otros niños/as, algo que su tía, enfermera pediátrica, siempre nos insistía mucho.
Por todos estos motivos decidimos tirar hacia delante en la búsqueda de un buen centro.
Cuando te planteas llevar a tu peque a la escuela infantil un mar de preocupaciones te invade: ¿le gustará ir?, ¿se portará bien?, ¿será feliz?, ¿la cuidarán bien?, ¿le prestaran suficiente atención?, ¿tendrán paciencia?, entre otras muchas.
Pero aparte de todas estas preguntas a nosotros había una que nos preocupaba de manera especial: ¿querrán quedarse con ella a pesar de la gran responsabilidad que conlleva?
Os explico el porqué:
Nuestra peque es epiléptica, debutó con 6 meses con convulsiones febriles, y a los 7 meses con convulsiones no febriles, que llevaron a diagnosticarla de epilepsia.
Nuestros planes, como he comentado antes, eran que fuera a la escuela infantil un par de horitas por las mañanas, cuando yo empezara a trabajar. Ahí la peque tenía 8 meses, justo en pleno debut de epilepsia. Fue una época bastante complicada ya que sufrió bastantes crisis, fueron muchas idas y venidas al hospital, hasta que conseguimos ajustarle la medicación pero no terminar con la enfermedad. Nuestra preocupación era muy grande, como os imaginaréis. Éramos y somos muy estrictos y concienzudos con tomarse la medicación a las horas pautadas, pero aun así siempre tenemos el miedo de que en alguna ocasión le puede dar un episodio allí, es una enfermedad que no avisa y menos en edades tan tempranas.
Recuerdo que solo pensábamos en lo asustados que estábamos nosotros y nuestras familias, y en la gran responsabilidad que conlleva, imaginaos como me podía sentir dejándola con unas personas “ajenas” a la familia, aunque fuera por unas horas. Teníamos muchísimo miedo.
¿Por qué C.E.I. Colorets?
Nos guiamos básicamente por tres cosas: ubicación, precio y referencias.
La ubicación de la escuela era perfecta, entre nuestra casa y el trabajo de la “yayi”, cómo la llama ella. Así, si tenía alguna crisis epiléptica, llegaríamos enseguida (como veis, todo pensado hasta el más mínimo detalle).
El precio, básicamente en Dénia están todas las escuelas infantiles por el estilo, pero en Colorets te facilitan tanto todo el tema relacionado con las ayudas, no tienes que preocuparte absolutamente por nada, solo de firmar. Te explican cada tipo de subvención o deducción de las que te puedes beneficiar, y como he dicho antes, se encargan de tramitarlo todo, luego te dicen la cuantía y se te ingresa en tu cuenta. Pensé: “¡genial!, un dolor de cabeza menos“.
Las referencias que tenía de Colorets eran muy buenas, también había escuchado alguna opinión negativa, pero como todo, cada persona es un mundo y tiene unos gustos y unas opiniones, pero aun así hay que tener la tuya propia, así que ni nos lo pensamos.
Una cosa que nos llamó especialmente la atención es la transparencia del centro. Los padres/madres pueden acompañar a sus hijos/as a las aulas sea la hora que sea, lo que te permite ver cómo actúan y que hacen. Y lo mismo a la hora de la recogida, podemos entrar libremente a recogerlos y disfrutar de unos pequeños segundos viendo lo bien que se lo pasan en clase.
Las instalaciones:
Desde fuera parece mucho más pequeño de lo que es. Las aulas son amplias y están bien distribuidas, con mucha luminosidad, algo que me parece muy importante. Cada una de las aulas la tienen adaptada a la edad que le corresponde y según las necesidades del alumno/a. Cumplen con medidas de seguridad que ni nosotros mismos en casa pensamos, lo tienen todo controlado al más mínimo detalle.
Cuentan con una infinidad de material para que los peques manipulen y exploren. Algo que nos gustó mucho es que dejan que los niños/as manipulen y exploren todo lo que tienen a su alrededor, algo que creemos que es fundamental en el desarrollo de los niños/as.
El equipo educativo de C.E.I. Colorets:
No hay día que entres allí y no te regalen una sonrisa, un buenos días o un qué tal estás. Tampoco hay día que no entres allí y tu hijo/a te suelte directamente la mano para irse corriendo a buscar a su profe y, con una sonrisa de oreja a oreja, te dice “adiós” y te invita a marcharte antes de llegar a la puerta de su clase.
El equipo está unido, algo que considero muy importante y que transmite muchísima tranquilidad. Todos conocen a todos los peques del centro y los peques los conocen a ellos/as, son como una gran familia.
Mi experiencia:
Como os he dicho antes teníamos mucho miedo de dejar a nuestra peque allí y, sobretodo, no sabíamos si querrían tener a una peque con epilepsia, así que una semana antes de empezar fui hablar con Isabel y con su tutora para hacerles la tan temida pregunta.
Su reacción fue ejemplar, no entendían porque no iban a querer tener a mi hija. La acogían con muchas ganas e ilusión y me transmitieron la confianza y seguridad que necesitaba en ese momento.
Hicimos una reunión para explicarles cómo tenían que actuar en caso de que a mi hija le diera una crisis estando en el centro. Todo el equipo era sabedor del problema que tenía mi hija y sabían cómo tenían que reaccionar en caso de que le diera una crisis mientras estaba en el cole.
Superaron nuestras expectativas con creces, desde el minuto uno nos dieron una tranquilidad y una seguridad, que como padres estamos inmensamente agradecidos.
Siempre pendientes de nuestra peque y de nosotros.
Un gran equipo de profesionales, con un gran sentido de la responsabilidad y del amor por su trabajo, muy cualificado y capaz de vigilar a todos los peques del aula por igual. Los sientes como parte de tu familia, ayudándote y adaptándose siempre a nuestras necesidades.
Gracias Colorets.
Testimonio de una mamá del curso 2019/2020 de Colorets.